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NOTICIAS

Este es un espacio para pensar en comunidad. 

Karen Lima.


Tuve la oportunidad de participar en Radial el proyecto de Alta-Voz para difundir a las radios comunitarias de México. Pasé muchas horas escuchando diversos conductores, programas, canciones que no conocía, anuncios comunitarios y complacencias. Mientras escuchaba el contenido de estas maravillosas radios independientes, sentía que estaba conectándome con esas personas, en esos pueblos y comunidades a lo largo y ancho del país. Me quedé sorprendida porque el deseo que estos radialistas tienen por compartir su cultura y sus conocimientos se refleja en sus esfuerzos por sacar adelante a sus estaciones. Las estaciones comunitarias no suelen tener fines lucrativos, sino que lo que buscan es comunicarse libremente y crear espacios para que sus comunidades compartan sus inquietudes, sin intermediación.


La libertad de expresión en un gobierno democrático es muy importante porque nos permite tener acceso a información para desarrollar el pensamiento crítico y analizar las dinámicas sociales y la violencia a nuestro alrededor. Por otro lado, la falta de libertad de expresión afecta el desempeño de las instituciones del Estado para atender las necesidades de prevención, protección y acceso a justicia de las personas.


No obstante, debido a sus implicaciones políticas, ejercer la libertad de expresión en México es “una actividad de alto riesgo”. Comunicadores, periodistas y personas defensoras de derechos humanos con frecuencia tienen que enfrentar condiciones de inseguridad pública, laboral y social para ejercer este derecho. Por esta razón, las radios comunitarias de México, al no pertenecer al sistema de telecomunicaciones estatal, ni a empresas privadas, se encuentran en constante riesgo, por lo que sus proyectos son un acto de resistencia.


Las radios comunitarias pueden llegar a hablar de temas que los medios masivos de comunicación callan, lo cual ha llegado a ocasionar que los radialistas se vean violentados en un intento de otros grupos de aminorar el impacto social de su trabajo. Esto sucede sobre todo entre los radialistas que hacen activismo político o críticas a los gobiernos y a las instituciones.

Durante la investigación que estuve realizando, hubo tres estaciones en particular, cuyos miembros han sido violentados y estos actos de violencia se han dado a conocer de manera pública en los medios. Sin embargo, no dudo que las demás radios comunitarias también pueden haber estado en situaciones similares pero que no hayan hablado al respecto.


Desaparición forzada del director de Radio Ocumicho

En primer lugar, al investigar sobre la radio Ocumicho, una radio comunitaria de Charapan, Michoacán, me encontré con que el periodista Esteban Cruz Rosas, director y locutor de esta estación y coordinador del Consejo del Gobierno Comunal, desapareció a manos de un comando armado el 28 de abril de 2022. Mediante un comunicado, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán presentó una denuncia ante la Fiscalía General de Michoacán y en forma de protesta, un grupo de purépechas bloqueó cuatro carreteras Uruapan-Pátzcuaro; Cherán-Zamora; Paracho-Uruapan, y Tangancícuaro-Patamban para exigir la aparición de su líder comunitario.


Después de que la Fiscalía General de Michoacán , la Secretaría Pública de Michoacán y la Secretaría de Defensa Nacional hicieran una búsqueda, se anunció, a través de la cuenta de Twitter de la fiscalía, que el periodista había sido liberado sin dar mayores detalles. Se cree que la desaparición se relaciona con las disputas violentas que aquejan a Tangancícuaro, una región fronteriza de Michoacán donde opera el Cártel Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos.


Amenazas de desalojo a Radio Zapote

En segundo lugar, al investigar sobre Radio Zapote y su historia me encontré con que esta estación ha recibido amenazas de desalojo en varias ocasiones. La más reciente fue en agosto de 2022, cuando hubo un intento de desalojo de la estación del edificio de su sede en la ENAH, (Escuela Nacional de Antropología e Historia) por orden del Dr. Hilario Topete, director de la ENAH, sin previa consulta con el Consejo Técnico, y sin diálogo previo con el colectivo de la radio.


Este intento de desalojo fue encabezado por el encargado de despacho de la subdirección administrativa de la ENAH C.P. Obed Mateo Reyes Jerónimo, quien llegó acompañado de policía auxiliar de la Secretaría de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y un cerrajero , bajo la justificación de que esas instalaciones no se habían ocupado durante la pandemia y que la escuela necesitaba un espacio de bodega. No obstante, la razón porque esas instalaciones no se habían usado durante la pandemia era porque la misma escuela había cerrado para pasar a una modalidad en línea, pero ni siquiera les estaban permitiendo a los miembros de Radio Zapote acceder a su equipo.


En respuesta, los miembros del colectivo impidieron el desalojo pacíficamente. Hicieron una transmisión en vivo de lo ocurrido y convocaron a un mitin en defensa de Radio Zapote el 26 de agosto de 2022. Hoy en día siguen resistiendo.



Asesinato del director de Radio Kashana

Por último, el cuerpo del periodista y director de Radio Kashana en Mulegé, Baja California, Rafael Murúa Manriquez, fue hallado sin vida el 22 de enero 2019. Su desaparición había sido reportada días antes y fue la Procuraduría General de Justicia de baja California, quien identificó el cuerpo que se encontraba en una carretera de Santa Rosalía- San Ignacio. Rafael Murúa manríquez tenía 34 años de edad.


Desde 2017 el periodista denunció que sufría amenazas y agresiones debido a su trabajo periodístico y a sus críticas al gobierno del alcalde de Mulegé, por entonces, Felipe Prado Batista. También recibió mensajes intimidantes de una persona vinculada al crimen organizado. En respuesta, el periodista llegó a autocensurarse y a esconderse por periodos y buscó la ayuda del Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, sin embargo, esto no evitó que siguiera recibiendo agresiones.


Al encontrar el cuerpo, las autoridades informaron que tenía en su posesión tres paquetes de lo que parecía marihuana, después dijeron que tenía varias perforaciones en el tórax y luego que tenía un disparo en la cabeza. Sin embargo la falta de consistencia en los reportes y la criminalización de la víctima, invisibilizando las amenazas que recibía por parte del gobierno, son una falta de respeto hacia los familiares del periodista.


En respuesta, la AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias) México escribió una carta a las autoridades de México, exigiendo protección a los periodistas y un reparo a los daños y violaciones a sus derechos humanos.


Un precio demasiado alto para la comunicación libre

Al leer estas historias, me dan escalofríos y siento mucha rabia, porque conozco el trabajo de estas personas. Sé lo que sacrifican con tal de poder comunicar sus ideas fuera de los medios tradicionales, donde su voz no es bienvenida. Estas son violaciones del derecho de libertad de expresión y comunicación. Me parece triste que los espacios de comunicación independientes, sin fines de lucro, que celebran la libertad, los derechos humanos y la diversidad cultural, sean los que más violencia reciben.


En este video de A+J, se entrevistan a las familias de las víctimas de algunos radialistas comunitarios en nuestro país, quienes dan cuenta de las implicaciones y riesgos que día a día enfrentan quienes forman parte de las radios comunitarias. Este video me hizo pensar en el daño que significa agredir a un comunicador: no sólo se está violentando a una persona, sino a su círculo y a todos aquellos que se veían beneficiados por su contenido.


Probablemente la violencia a los periodistas y a los comunicadores seguirá existiendo, pues es una consecuencia de la resistencia a la violencia sistemática que enfrentan las comunidades. No obstante, espero que las autoridades gubernamentales pongan en acción medidas de protección para quienes se dedican a informarnos y a educarnos, a quienes les debemos tanto, porque no debería ser normal que en México se pague con la vida para la libre expresión.


Radial. Un proyecto de difusión de radios comunitarias en México.

Por estas razones, te invito a que apoyes y escuches a más estaciones de radio comunitarias. Si todavía no conoces Radial, una selección de más de cuarenta radios comunitarias mexicanas, te recomiendo que revises este proyecto de Alta-Voz. Las publicaciones de difusión las puedes encontrar en la cuenta de Instagram @altavoz_sc y de manera más amplia en la cuenta de Twitter @altavoz_sc.


Creo que mi parte favorita de formar parte de este proyecto fue la forma en la que me sentí conectada con radialistas tan apasionados, su lucha me inspira en mis propias batallas. Cuando en conversaciones se llega a hablar de ciertos pueblos de México, suelo recordar las personas en cabina de sus estaciones comunitarias con sus deseos de compartir su cultura y su forma de pensar. Creo que escuchar a las radios comunitarias y apoyarlas es una forma de apoyar la democracia, la libertad de expresión y la cultura de México.



Fuentes

CASEDE “Fortalecimiento de la Libertad de Expresión en México” https://www.casede.org/index.php/nuestro-trabajo/proyectos-en-marcha/fortalecimiento-de-la-libertad-de-expresion-en-mexico

Infobae, “Autoridades de Michoacán liberan al periodista Esteban Cruz Rosas” https://www.infobae.com/america/mexico/2022/04/30/autoridades-de-michoacan-liberaron-al-periodista-esteban-cruz-rosas/

Amarc Europe “El secuestro y asesinato de Rafael Murúa” https://amarceurope.eu/the-kidnapping-and-murder-of-rafael-murua/?lang=es


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Tomás Lujambio


No cabe duda que una de las desigualdades que más distingue a la vida de las mujeres de la vida de los hombres es su derecho al libre tránsito. Durante el 2018 en México, por ejemplo, la ONU Mujeres estimó que 35.2% de las mujeres han sido manoseadas sin su consentimiento durante traslados en transporte público o a pie. Al parecer, lo que nos dice esta estadística es que aunque las mujeres tengan garantizado el derecho de transitar libremente, lo que no tienen garantizado es la seguridad de hacerlo. ¿No resulta paradójico? Para las mexicanas, el precio a pagar para conseguir libertad es - precisamente - aceptar el riesgo que existe de perderla.


A pesar de esto, hay que reconocer que la violencia de género se expresa más allá del transporte urbano y la libertad de tránsito. Otra arista del problema es, precisamente, la planificación de las ciudades. Desafortunadamente, el urbanismo mexicano en general todavía no logra integrar una perspectiva que ponga la vida y la seguridad de las mujeres en el centro del diseño citadino. Constantemente nos encontramos con espacios públicos mal diseñados que no solo fallan en dar una sensación de seguridad a sus ciudadanas, sino que - además - tienden a facilitar la posibilidad de que sufran violencia y acoso callejero. Calles mal iluminadas, puentes olvidados y callejones sin presencia vecinal son solo algunos ejemplos de una planificación urbana que no vela por la libertad y la salud de sus ciudadanas.


Ahora bien, para integrar una perspectiva de género a la planificación urbana primero es necesario resignificar nuestra forma de entender y relacionarnos con la ciudad. Es decir, con esta perspectiva se pretende dejar de pensar las ciudades como lugares de producción y consumo para empezar a pensarlas como lugares dedicados a la vida, la seguridad y el bienestar general de les ciudadanes. Pero no nos engañemos: a pesar de que México ha añadido una guía con perspectiva de género al Programa de Mejoramiento Urbano postulado en el 2019, lo cierto es que sus iniciativas han sido aplicadas lenta e ineficazmente. No solo se ha actuado demasiado tarde en este respecto, sino que - en comparación con otros países - las medidas implementadas por México para combatir la violencia de género urbana no dan la talla que se necesita para aplacar semejante problema. Al final del día, se siguen construyendo ciudades pensadas y diseñadas en torno a la figura del hombre blanco cisgénero. Sin embargo, reconocer nuestras flaquezas permite alzar la mirada al exterior en busca de posibles soluciones.


Tomemos, por ejemplo, el caso de Barcelona. La ciudad catalana es alabada constantemente por la perspectiva de género que ha implementado al urbanismo precisamente porque se han dispuesto a tratarla desde 2017. No es extraño, así pues, que tengan tantos métodos para combatir una desigualdad tan evidente entre hombres y mujeres. Una de las medidas que más éxito han tenido en este respecto, por ejemplo, propone incentivar la “vigilancia ciudadana”. Para esto, los cambios urbanísticos que mejor han funcionado para habilitar la vigilancia entre vecinos han sido la ampliación de los pasos peatonales, la edificación de espacios recreativos multiusos y la creación de “supermanzanas”. Estas medidas urbanísticas pretenden tratar la violencia urbana mediante una presencia vecinal que logre mitigar la sensación de inseguridad en diferentes espacios.


Por un lado, la ampliación de pasos peatonales no solo provoca más movilidad a pie sino que - al incentivarla - provoca mayor actividad vecinal y mejor visibilidad en el traslado. Por otro lado, las llamadas supermanzanas implican la creación de espacios recreativos en donde la ciudadanía puede vigilarse colectivamente. Normalmente, estas supermanzanas se perciben como conjuntos habitacionales (muy similares a las vecindades) que cuentan con comercios en la planta baja. Este punto es importante, pues los comercios suelen aportar una mejor iluminación, un mejor cuidado y una mayor actividad ciudadana a la vecindad.

Ahora bien, otro caso excepcional lo podemos encontrar en Viena. Aunque los austriacos también practican medidas que incentivan la vigilancia ciudadana, hay otros métodos que vale la pena destacar. Entre ellos, se distinguen los espacios de recreación que diseñan y las llamadas ciudades de 15 minutos (aplicadas también en ciudades de Francia y Suecia). Ambas medidas tienen como objetivo dejar de ver las calles como lugares de paso y empezar a diseñarlas como lugares de uso y recreación.


En pocas palabras, lo que pretenden provocar los austriacos con estos métodos de planificación urbana es acercar la esfera urbana a la esfera doméstica. Esto implicaría transformar por completo el método urbanístico que tiende a separar el espacio público (donde se produce) del espacio privado (donde se vive). Pero - en términos de perspectiva de género - un urbanismo eficaz, seguro y benéfico para todes solo sería posible mediante la simbiosis de estas dos esferas. Al final del día, se ha verificado que este cambio de planificación no solo estimula la sociabilidad entre personas de todo tipo, sino que aumenta el desarrollo económico y posibilita la vigilancia colectiva.


Por ello, las “micro-ciudades” inauguradas por Viena suelen distinguirse por su versatilidad. Es decir, para un habitante de una ciudad de 15 minutos el traslado entre hacer ejercicio, comprar el super, acudir a una farmacia, recoger a sus hijos de la escuela y regresar a casa se ve reducido a la máxima potencia con el fin de ofrecer una mejor calidad de vida. Para esto, es indispensable la creación de espacios recreativos abiertos, bien iluminados y variados que están diseñados para la accesibilidad, seguridad y bienestar de todo aquel que los utiliza. Estos espacios recreativos no solo posibilitan la existencia de las ciudades de 15 minutos, sino que estimulan la actividad económica del barrio e incentivan la vigilancia colectiva/ciudadana.


Curiosamente, lo que empezó como un método para disminuir la violencia de género en las calles terminó convirtiéndose en un modelo urbanístico sumamente eficaz y positivo para la economía. Pero - aún más sorprendentemente - las ciudades de 15 minutos disminuyeron la emisión de Co2 al estimular el traslado a pie y en bicicleta. Asimismo, este simple cambio terminó incidiendo positivamente en la violencia de género, pues las mujeres tuvieron acceso a los nodos urbanos sin necesidad de usar transportes mecánicos que - en el caso de México - suelen propiciar abusos contra ellas.

Dicho esto, cabe mencionar que algo en lo que coinciden todos estos países en torno al urbanismo con perspectiva de género es que para lograrlo resulta imprescindible acudir a la opinión de las mujeres en el diseño de las ciudades. Todos ellos reconocen que para construir ciudades más seguras para las ciudadanas que la transitan primero es necesario poner atención a sus necesidades e integrarlas al criterio urbanístico.


Ahora bien, un método que ha resultado ser sumamente eficaz para integrar la visión feminista, atender a las necesidades de las mujeres y diagnosticar fielmente las flaquezas urbanas es la elaboración de mapas críticos (conocidos como HarassMaps en inglés). Estos mapas críticos interactivos son herramientas para identificar las zonas de mayor riesgo de forma conjunta entre urbanistas profesionales y la ciudadanía. Este método de seguridad callejera no sólo ha evidenciado que la ciudad suele ser percibida de manera muy distinta entre mujeres y hombres, sino que ha permitido detallar aquellos elementos urbanos que dificultan el desplazamiento y la elaboración de tareas domésticas. Pero - aún más importante - los mapas críticos han logrado integrar la perspectiva de las mujeres en cuanto a la elaboración y construcción de espacios urbanos.


Desafortunadamente, mientras en México seguimos preguntándonos cómo aplicar una perspectiva de género en el urbanismo, en otros países ya han materializado su intención. Sin embargo, lo verdaderamente importante de esta realización - es decir, de reconocer que la urbe se ha construído en beneficio del sistema patriarcal y heteronormativo - es que pasemos del diagnóstico al cambio verdadero, a la transformación. Pues solo rediseñando nuestro entorno lograremos revalorizar la vida de una forma que no priorice la producción y el consumo por encima de la vida, la seguridad y la igualdad de género.


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Actualizado: 25 nov 2022



Por Karen Lima.

El autocuidado es cuando por iniciativa propia realizamos acciones por nuestro bienestar. La OMS definió el autocuidado como

"la capacidad de individuos, familias y comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidad con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica."

Es una definición que abarca muchos significados, pero creo que concretamente todos sabemos cómo cuidar de nosotros mismos. Cuando pienso en el término selfcare me doy cuenta de que se ha romantizado, pues pienso en personas que usan mascarillas, hacen meditación, o se meten en la tina con un libro de superación personal y una copa de vino, tal como las redes sociales lo muestran. Sin embargo, sé que el autocuidado por lo general no es tan glamoroso. El autocuidado puede significar también cocinar y comer tres comidas al día, dormir temprano, vigilar nuestros gastos, alejarnos de las relaciones tóxicas o lavar nuestra ropa.


Creo que cuidar de uno mismo requiere de compromiso y de estima propia. Cuidamos más a aquello a lo que le damos más valor pero ¿qué pasa cuando no le damos mucho valor a lo que somos y a lo que hacemos?


La depresión es una enfermedad mental que afecta a millones de personas en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, es una enfermedad que afecta al 5% de la población adulta, es decir que por cada 20 personas, hay una que vive con depresión, además de que es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. (1)


Siempre he pensado que si la depresión fuera una enfermedad visible, como la varicela, por ejemplo, el estigma respecto a las enfermedades de salud mental disminuiría bastante. Sin embargo, aunque muchas personas la padecen, muchas veces es algo que se esconde y de lo que no se habla. Existen diversos grados de incapacidad en los trastornos mentales. La depresión de alta funcionalidad, por ejemplo, se usa para describir los casos en los que quienes la padecen son capaces de seguir con sus tareas del día a día ya que los síntomas son menos severos. El hecho de que la depresión no se note a simple vista en todos los casos no significa que no requiera atención y cuidados.


Debido a algunos estereotipos, a veces podemos creer que la atención psiquiátrica es algo indecoroso de lo que debemos huir, por lo que muchas personas con dificultades emocionales viven sin un diagnóstico o un tratamiento, por no mencionar que es inaccesible para muchas personas, por lo que reciben cuidados de sus comunidades inmediatas.


Cuando se habla de ello, a muchas personas con depresión, en vez de recibir apoyo, se les echa la culpa o se subestima su malestar, proponiéndoles todo tipo de soluciones no solicitadas. Se piensa que quienes tienen depresión deben tener un trauma muy marcado para desarrollarla o un carácter muy débil, malos hábitos, una forma de pensar equivocada sobre la vida o una falta de consciencia espiritual.


Sin embargo, la depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos que puede variar mucho de una persona a otra. En mi opinión, no deberíamos de exigir una justificación para validar la depresión de alguien así como en ningún caso deberíamos pensar que las personas deprimidas deberían de arreglárselas por sí mismas o asumir que eventualmente lo harán porque no siempre es así. El suicidio, que sabemos que mayoritariamente es consecuencia de la depresión, es la cuarta causa de muerte en adultos jóvenes (2)


Muchas de las personas que presentan depresión tienen, entre otros síntomas, poca energía, pérdida del disfrute en las actividades cotidianas y baja autoestima, lo cual puede ser fatal para llevar a cabo nuestras prácticas de autocuidado.


En mi experiencia, después de casi un año de obtener un diagnóstico de depresión, el autocuidado no ha sido sencillo. La salud mental es una de las amenazas más graves para nuestro sistema económico y no me sorprende, pues nunca en mi vida me había sentido (y que me disculpe mi psicóloga por el uso de esta palabra) inútil.


Creo que antes de que la depresión llegara a mi vida, subestimé lo sencillo que era apagar mi alarma y meterme a la regadera para comenzar mi día, así como sentarme frente a la computadora concentrándome un par de horas seguidas para tener mis trabajos listos. No noté lo simple que era alimentarme o hablar con otras personas. Y nunca se me ocurrió que llegaría el día en el que algo tan importante como una reunión de trabajo, un proceso burocrático de la universidad o un gran evento familiar me importaría tan poco como para no asistir.


Pero todas esas cosas que imaginé que nunca le pasarían a una persona como yo, que creía tener una gran fortaleza mental, me pasaron y entonces me sentí totalmente descuidada. Ya no era un bebé, ya no tenía porqué necesitar que alguien me ayudara a salir de la cama o me diera de comer, no era razonable que necesitara supervisión para poder concentrarme en mis responsabilidades, y sin embargo, todo aquello me parecía imposible de hacer por mí misma.

No obstante la incomodidad de la dependencia, de cederle mi cuidado a otras personas, también me sentí profundamente agradecida y cuidada. Y es que realmente me gustaría escribir sobre cómo autocuidarnos cuando nos deprimimos, pero la verdad es que muchas veces parece imposible e incluso ridículo para quienes lo padecen. Renunciar al falso sentimiento de control y aceptar ayuda cuando yo no veía una salida fue uno de los pasos más difíciles para mí.


Esto no anula que yo haya renunciado por completo a mi autocuidado, todo ese tiempo hice lo que pude en una lucha por preservarme. Y es que la depresión no se llevó todo de mí, seguía siendo yo, con los mismos sueños y pasiones por las mismas cosas y sobre todo, aunque parecía un cuerpo inmóvil, nunca dejé de tener el mismo valor que tienen todas las personas.


Eventualmente me he recuperado y he vuelto a tener la voluntad de salir adelante y aunque me encantaría decir que la voluntad es suficiente, no es así. Hay días malos y hay días buenos, pero aún hay días, muchos, que se extienden y que son una oportunidad para construirme de nuevo. La esperanza es la clave para mí. Ahora trabajo con límites y metas pequeñas pero realistas, acompañadas de afirmaciones positivas que me recuerdan porqué soy merecedora de esos actos de amor propio.


Creo que es importante señalar que los gobiernos y las organizaciones juegan un papel muy importante en el cuidado de la salud mental y asumir que es únicamente responsabilidad de las personas con depresión y sus familias es un error. Hay que darnos cuenta de la imperante necesidad que tenemos de un Sistema Nacional de Cuidados, en donde se apoye no sólo a las personas cuidadas sino a quienes brindan esos cuidados (quienes también tienen una gran carga mental).


Los cuidados son necesarios para todas las personas, sobre todo para las infancias, personas con discapacidad o personas enfermas. No obstante, si comparamos el cuidado con otros trabajos, generalmente quienes lo brindan no reciben suficiente en relación con el esfuerzo que hacen. Gracias a los individuos que cuidan es que nuestro sistema económico se mantiene en pie, pues constituye un reparto de responsabilidades. El sistema nacional de cuidados pretende que en la corresponsabilidad estén incluidos individuos, comunidades (pueden ser las familias aunque no se les debe imponer que lo realicen), el mercado y el estado.


En mi caso, fui testigo de cómo se llevó a cabo esta corresponsabilidad. Fue mi madre (una mujer, ama de casa, sin remuneración económica) quien me ayudó, me alimentó, se encargó de que tanto yo como mi entorno estuviera limpio y me supervisó, mientras mientras que mi padre salía a trabajar la mayor parte del día y al regresar él se encargaba de llevarme al psiquiatra. Mis amigos también cuidaron emocionalmente de mí, y de una manera diferente pero necesaria, también recibí atención médica y terapia a través de una organización de salud mental. Me hubiera gustado que alguien se preocupara por mis cuidadores tanto como ellos se preocuparon por mí.


Para finalizar, creo que las crecientes tasas de depresión son un problema grave a nivel mundial y es urgente que nos unamos para construir redes de cuidados que nos ayuden a preservar la vida y el bienestar económico.


Sé que aún estoy lejos de lograr el nivel de independencia que solía tener como parte de una buena salud mental, nunca había visto el autocuidado como un privilegio y mucho menos el cuidado que otros me están brindando como una práctica tan necesaria, pero estoy orgullosa del progreso que he realizado y sobre todo agradezco que otros me hayan luchado a mi lado.


  1. OMS, “Depresión” https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression

  2. Ídem.

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